Aunque tiene otra hija de 16 años, piensa una y otra vez que Jennifer seguiría viva si alguien le hubiese advertido de lo letal que era ese virus, que mata cada año a seis bebés en el Reino Unido.
Ruth se había infectado en la última etapa de su embarazo, pero al principio no lo sabía. De hecho, sus síntomas eran de gripe. Dos días después de que naciera Jennifer, a finales de noviembre de 2006, fue tratada por una úlcera en la boca, pero siguió tratando a su bebé de forma normal. Le besaba y le amamantaba.
Sin embargo, pronto se dio cuenta de que el bebé no se alimentaba bien y empezó a enfermar. A los ocho días le hicieron unas pruebas en un centro de salud de Lancaster. Su salud comenzó a deteriorarse
Sin embargo, pronto se dio cuenta de que el bebé no se alimentaba bien y empezó a enfermar. A los ocho días le hicieron unas pruebas en un centro de salud de Lancaster. Su salud comenzó a deteriorarse
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