El motivo puede que en esta ocasión no lo ha realizado un particular con tiempo libre, dinero de sobra y un garaje con multitud de herramientas; lo firma Vantagefield, una empresa inglesa especializada en modificaciones de carrocerías.

Por desgracia no se especifican datos sobre su motorización, aunque nos imaginamos que puestos a crear un monstruo de estos habrán optado por el más potente, el 4.2 V8 turbo de 396 caballos.

El Range Rover pierde así completamente sus habilidades offroad, de hecho pasa de ser un vehículo preparado para andar por el campo a ser un vehículo que apenas se puede mover por la ciudad, pero seguro que no faltarán caballeros ingleses con dudoso gusto encantados de pasear subidos a él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario