martes, 30 de diciembre de 2008

EL NIÑO MAS FUERTE DEL MUNDO.

Su papá es campeón mundial de artes marciales y su madre una profesional de la aeróbica. Tal vez eso explique algo. Tal vez no.

Richard Sandrak tiene 12 años y está en conversaciones para protagonizar una nueva versión hollywoodense de Tarzán. Obviamente él sería el hombre mono en sus años adolescentes, cuando eso de colgarse de los árboles o de cuanta liana se le cruzara por delante ya era pan comido.

Y a sus cortos años, Richard da el tono perfecto de un Tarzán salvaje, fuerte y musculoso, ultra musculoso para ser precisos. Por algo a Richard se le ha llamado "el niño más fuerte del mundo". Y sólo hay que mirar su pequeño y fibroso cuerpo para dar crédito a la frase.

Lo de él no es ninguna malformación genética, como ésa que hace unos meses dio a luz a un bebé alemán lleno de músculos. Lo de él es sólo constante y arduo entrenamiento.

Richard entrena desde que tenía dos años. La aberrante decisión de hacer de él un demasiado precoz fisicoculturista corrió por cuenta de sus padres, un campeón mundial de las artes marciales y una profesional de la aeróbica, quien ahora se encarga personalmente de las prácticas de su retoño.

La mamá de Hércules, como le llaman sus admiradores, se preocupa de que el chico entrene cinco de los siete días de la semana. Dos jornadas son dedicadas exclusivamente al trabajo abdominal y las otras tres se reservan para las artes marciales.

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