Los habitantes indonesios de Julah in Tejakula saben muy bien como deshacerse de diabólicas descendencias. Hace unos días organizaron un extraño ritual para ahogar en el mar a una vaca embarazada de cinco meses que había sido violeada por un habitante del pueblo. La ataron a una lancha y la llevaron 3 Km. mar adentro para que se ahogara, mientras el autor de la cópula tiraba al agua sus ropajes manchados de perversión en una extraña forma de arrepentimiento.
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