

El pobre pollo había sido escogido para la cena por Lloyd Olsen, que lo decapitó para cocinarlo... con el resultado de que el hacha que utilizó cortó la vena yugular, pero un coágulo salvó al animal del desangramiento fatal... el hachazo dejó intactos un oído y la mayor parte de la masa encefálica. Al ver que el pollo no moría, el granjero decidió dejarlo solo. Al día siguiente, Mike estaba como todos los días, con su "cabeza" bajo el ala, y podía aún moverse sin dificultades, caminar y permanecer en equilibrio... O sea, Mike perdió su capacidad para ver y emitir sonidos, pero aún podía escuchar y sentir el mundo alrededor.
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